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Sección VII: Concordancias de los remedios homeopáticos

Investigación, traducción y comentarios por el Dr. Guillermo Zamora, Dhom (Lic.) Institute for Homoeopathic Medicine

Desde la declaración de Boenninghausen al final del prefacio de su repertorio de remedios no antipsóricos (páginas XVII y XVIII), que se publicó en la primera mitad del año de 1835, y que le resultó en un número de cartas mayor de lo esperado con dignos testimonios de satisfacción, se le motivó a abrirse el tiempo necesario de una vida ocupada para revisar un trabajo que ya estaba listo para su uso personal y cuya utilidad ya había sido probada lo suficiente. Nos referimos al “Ensayo sobre las relaciones de los medicamentos homeopáticos junto con una descripción abreviada de sus peculiaridades y efectos principales” (1836) que es incorporado 10 años después, en 1846, al Therapeutic Pocket Book para constituirse dentro de la sección VII bajo el nombre de “Concordancias”. Un último trabajo más elaborado y aumentado que contiene el resultado del examen de varios años de trabajos anteriores en relación con el mismo tema, y ​​que convenció al Barón de que un número excesivo de remedios hacía que su aplicación adecuada en la enfermedad fuera mucho más difícil, se publicó en 1853, se llama “Los lados del cuerpo y las afinidades de las medicinas. Ejercicios homeopáticos”.

A menudo, estas relaciones de los remedios son entendidos como una idea preconcebida de secuencias de remedios que aparecen al final de las patogenesias de cada remedio en las materias médicas como remedios complementarios o que le siguen bien al remedio descrito y a veces especificando la relación con tal o cual síntoma entre paréntesis, tal es el caso por ejemplo de Hering, Clarke, Vannier, etc.*

*) “-Solo de paso tengo que mencionar que lo que nuestro excelente observador, el Dr. Hering, dice sobre las ventajas y desventajas de las secuencias medicinales según los diferentes reinos de la naturaleza de donde se toman (generalmente más suponiendo que afirmando definitivamente), no está de acuerdo con mi experiencia.” Boenninghausen

Se puede mencionar la probada eficacia de Calcarea carb. después de Sulphur, de Causticum después de Sepia; de Lycopodium después de Calcarea; de Nitric acidum después Calcarea y Kali Carb;. de Sulphur después Mercurius y Arsenicum, y de Sepia después de Silicea, Nitric acidum o Sulphur. Sin embargo, Boenninghausen nos hace ver que su sistema de las relaciones está íntimamente ligado con la individualización y el principio de Similia:

“-Algunos han reclamado que era esencial que el orden en que los remedios relacionados se administran debe ser observado, por ejemplo, que A no debe ser precedido por B, y así sucesivamente. Pero si examinamos cuidadosamente todos los casos que parecen apoyar esto, encontraremos que algunas contraindicaciones se han pasado por alto y que por lo tanto el principio fundamental de la Homœopatía no ha sido estrictamente observado. Esto fue afirmado particularmente de Calcarea y Lycopodium, pero puedo asegurarles que he visto muy a menudo a Calcarea lograr buenos resultados después de Lycopodium, cuando el complejo sintomático era al principio que Lycopodium debía ser seleccionado y después de que se había agotado su acción que Calcarea correspondía al remanente del caso, lo cual no siempre ocurre.”

Inconvenientes de la toma del caso

A menudo se ha afirmado que, para cualquier paciente con síntomas claramente perceptibles, todos los homeópatas estarían de acuerdo en la elección del remedio. Él está de acuerdo con esta afirmación sin dudarlo, pero solamente con la condición de que el cuadro clínico se registre correctamente y que los característicos y los rasgos individuales se registren con suficiente precisión. Pero, ¿con qué frecuencia alguien que todavía no es un homeópata bastante experimentado es capaz de diseñar un cuadro clínico que satisfaga todos los requisitos? Todo médico homeópata practicante encontrará en los informes escritos que recibe, incluso si fueron tomados por médicos alópatas respetados, la afirmación de que de veinte cuadros clínicos de este tipo apenas hay uno que satisfaga al homeópata; y este vigésimo casi siempre tiene el otro defecto de que es demasiado largo y tiene una cantidad incontable de problemas. Uno puede ir más allá y afirmar sin tapujos que incluso los homeópatas, especialmente los principiantes, muy a menudo tienen una mala visión del cuadro clínico y que esta suele ser la razón por la que se ha elegido un remedio inadecuado y, por lo tanto, sin éxito. Las revistas homeopáticas dan suficiente evidencia de la verdad de esta simple afirmación.

De hecho, él considera que la admisión de un cuadro clínico preciso y nítidamente trazado, despojado de todo lo superfluo y, con ello, enteramente suficiente, es mucho más difícil que la posterior selección del remedio. Rara vez es posible investigar y preguntar sobre cualquier cosa. Pero aún más raras veces el paciente comunica todo voluntariamente, incluidas las circunstancias que los aprendices deben considerar como prescindibles, y si lo hace, el médico examinador recibe, por ejemplo de los hipocondríacos, narraciones tan amplias, fatigosas e indefinidas que, además de la pérdida de tiempo y el aburrimiento que de ello se deriva, las características reales de la enfermedad se vuelven indistintas o incluso se pierden por completo. Es diferente cuando el médico hace sus preguntas de manera más específica y, por lo tanto, puede obligar al paciente a dar sus respuestas también específicas y concisas. Pero esto requiere un conocimiento tan completo, al menos de los principales efectos y peculiaridades de los medicamentos, que no se encuentra fácilmente en los aspirantes a homeópatas. Porque después de que se ha hecho correctamente el diagnóstico de la forma de la enfermedad *), todavía es necesario determinar aquellas características especiales y fenómenos individuales sin los cuales la elección del remedio sigue siendo simplemente adivinanzas ciegas, se podría decir, un frívolo juego de dados para el bien supremo, que el hombre posee en la tierra. Pero esto último es inevitable si no se conocen de antemano las características de los medios a elegir aquí.

*) “-No hace falta decir que no me refiero solo al nombre de la forma de la enfermedad.”

Aspectos a saber para la aplicación práctica de las concordancias

Estas dos cosas, a saber, la forma de la enfermedad y el individuo, que juntas dan el cuadro clínico completo y la indicación para el remedio específico, están, en opinión de Boenninghausen, mejor separadas una de la otra, en parte porque cada una tiene que ser considerada individualmente, en parte también porque la primera cambia a menudo en el curso del tratamiento, mientras que el segundo sigue siendo esencialmente lo mismo. Según la primera (la forma de la enfermedad), primero se hace la selección de los medicamentos que parecen apropiados según sus efectos puros en personas sanas, y como resultado se eliminan una gran cantidad de otros, que ahora permanecen completamente fuera de la competencia. Para poder elegir con certeza entre este número ya muy limitado de remedios, en el que solo uno puede ser el mejor específico, se debe considerar lo segundo (el individuo), y solo si es así, si lo ha hecho con el cuidado y la diligencia necesarios, puede esperar el éxito previsto. Por lo tanto, parece bastante apropiado dejar que esto siga a eso, y una vez que la forma de la enfermedad ha sido suficientemente determinada, buscar al individuo (la enfermedad y el paciente) hasta que la elección finalmente se detenga en uno de los remedios en competencia. *)

*) “-Durante mucho tiempo mis libros de casos se han configurado de acuerdo con lo que aquí se indica, y dado que su utilidad continúa demostrándose, la siguiente breve información al respecto no debería ser desagradable para muchos principiantes: Cada paciente recibe su propia hoja especial, (de las cuales 144 forman un cuadernillo), que da el nombre, lugar de residencia y edad en la parte superior. Luego siguen dos rúbricas: 1. Forma de la enfermedad, 2. Expresión individualizada, bajo el cual se enumeran los signos explorados en dos grupos separados. Debajo de estos, hay espacio para una breve nota sobre los medicamentos que se usaron (alopáticamente) en el pasado. Luego se anota la medicina administrada con la fecha fijada al lado, y un espacio más amplio al lado lleva el encabezamiento: Mejorías y nuevos signos, de los que depende cada vez la ordenación ulterior. Un registro de nombres asociado, pero separado y alfabético, que indica volumen y folio, facilita la apertura. En aras de la uniformidad, he impreso los encabezados anteriores, de modo que la forma externa sea la misma en todas partes, lo que facilita enormemente la visión general.”

De la Materia Medica Pura, no se puede negar que la masa de ellos es demasiado grande para que incluso la memoria más privilegiada pueda retenerla por completo. Por lo tanto, necesitamos una selección de los más importantes de los poderes de cada remedio para tenerlos siempre a la mano, pero también lo suficientemente completa como para abarcar la principal esfera de acción de cada remedio y sus peculiaridades para especificar.

Este fue el problema que Boenninghausen se planteó, para cuya solución había hecho muchos intentos y uno de los cuales *) se comunicó al público homeopático. Pero con el uso continuado se descubrió que era muy deseable una abreviación aún mayor. Esto se hizo aún más claro a través del Manual de Jahr **), especialmente a través de la segunda edición del mismo, y ahora era evidente que tal esbozo de los poderes de los remedios pierde en claridad, comprensibilidad y claridad en la misma medida en que aumenta en detalles.

*) Bajo el título: Uebersicht der Haupt-Wirkungs-Sphåre der antipsorischen Arzneien [Resumen de la principal esfera de acción de los medicamentos antipsóricos, etc., Münster 1833 cerca de Coppenrath; junto con la adenda a la misma, incluidos los medicamentos antisifilíticos y antisicóticos, ibíd.]

**) “-Este laborioso trabajo, que ha requerido de una buena cantidad de tiempo para completar, y por medio del cual mi conocimiento en materia media se ha perfeccionado considerablemente, es para proporcionar un lugar al trabajo de las “Relaciones o Afinidades” (Verwandtschaften) que publiqué en 1836; y que con todo y que eran imperfectas, mi crítico (Hygea, IV. p.369 ff.) ha reconocido su utilidad al copiarlas literalmente con todos sus defectos y errores, que son pocos para la gran cantidad de adiciones defectuosas en su “Manual de Materia Medica Homeopática” (Leipzig, Schumann, ); sin nombrar la fuente desde la cual las tomó y que él mismo había ridiculizado antes de que su libro saliera.”

Cualquiera que conozca completamente el contenido de este pequeño libro, lo que no debería ser tan difícil si tiene una voluntad seria y la debida diligencia*, podrá asumir un cuadro clínico en un tiempo mucho más corto y será mucho menos probable que pueda errar, como el que perdió muchas horas en la engorrosa comparación de un informe médico de hoja larga y sin embargo al final se dio cuenta de que había pasado por alto tantas cosas, que deben ser principalmente el factor decisivo aquí.

*“Confío en que nadie va a considerar esta sección inútil y superflua, ahora que ha sido mejorada y liberada de los errores en todo lo posible. En el estudio de la materia médica que considero la fuente principal de la Homoeopatía, estas Concordancias, indudablemente han sido de una mayor importancia para mí, ya que no sólo me han llevado a entender el genio de los medicamentos, sino también a seleccionar con mayor certeza los remedios adecuadosy a determinar el orden de su despliegue sucesivo, particularmente en enfermedades crónicas. Es verdad que una cierta familiaridad con la Materia Médica Pura es indispensable para el uso apropiado de estas Concordancias, pero este uso es facilitado en gran medida para el principiante por los policrestos, que están repletos de síntomas y presentan una gran cantidad de puntos de contacto, por eso un conocimiento detallado de esto último le permitirá usar las Concordancias con gran facilidad y ventaja.”

Dado que el presente trabajo está destinado a ser utilizado al mismo tiempo que su repertorio, allí solo se enumeran aquellos remedios que este contiene, y con respecto a los que faltan, el Barón se refiere a eso en el pre-recordatorio al repertorio de los Remedios no antipsóricos (página XV.).

Concepto y estructura

Por relación, Boenninghausen se refiere a la propiedad que tiene un remedio de extinguir los síntomas producidos por otra medicina a través de la similitud de su propia acción. A diferencia de un antídoto (que también son especificados en las rúbricas de las concordancias) en la que una sustancia debilita o neutraliza los efectos deletéreos de una intoxicación súbita.

“Si nosotros hemos seleccionado un remedio para el paciente que mejor corresponda homœopáticamente al grupo de síntomas (consecuentemente está relacionado con la primera medicina tomada), encontraremos como norma general que no solamente recién ha producido síntomas medicinales, sino que también ha extinguido curativamente todas las afecciones dentro de su esfera de acción. Esta experiencia parece ser la principal explicación de lo que sin duda ha sido observado por cada médico homœópata atento; y esto es, que algunos remedios actúan mucho más curativamente cuando han sido precedidos por algunas otras medicinas (relacionadas).”

Si nosotros administramos un antídoto contra los efectos morbíficos que son producidos, de manera lo suficientemente temprana y en consecuencia los removemos mediante su acción primaria, la experiencia muestra que solamente tenemos que deshacernos de la misma clase de efectos, mientras todas las demás condiciones mórbidas del enfermo no hayan sido mejoradas completamente. Es diferente en tales casos cuando se administra un antídoto que por sus efectos secundarios, lleva a cabo una curación.

Sección VII: Concordancias de los remedios homeopáticos

De las 7 secciones que conforman el repertorio (P&W TPB 1846), la séptima sección es la de las Concordancias que a su vez corresponde cada remedio relacionado con las otras 6 secciones del repertorio:

Concordancias, Mente y Disposición con la sección I (Mente).

Concordancias, Localizaciones (Partes del cuerpo) con la sección II (Partes y Órganos del Cuerpo).

 Concordancias, Generalidades con la sección III (Sensaciones y Afecciones) con las sub-rúbricas correspondientes a: Piel y partes externas, glándulas y huesos.

Concordancias, Sueño (Dormir) y Sueños con la sección IV Dormir y Sueños.

Concordancias, Fiebre con la sección V (Fiebre, Circulación sanguínea, Escalofríos, Estremecimiento (temblor), Fiebre compuesta, Frialdad (Objetiva), Pulso y Transpiración).

Concordancias, Modalidades, Hora con la sección VI (Cambio de condición: Agravación con el tiempo, Agravación según el lugar y las circunstancias, Mejora por situación y circunstancias).

 Existe además una rúbrica general denominada “Concordancias, Concordancias” que contienen remedios que tienen 2 o más puntos de conexión con el remedio especificado cuando se desean encuadrar varios síntomas característicos a la vez.

El Barón agrega dos rúbricas más como son: Concordancias, Antídotos, para antídotos propiamente dichos del remedio y una más, Concordancias, Antagónicos (incompatibles) para remedios que pueden estar contraindicados o que producen respuestas hostiles (nocivas al darse después del remedio en cuestión).

Graduación

Todavía en su obra de 1853 “Los lados del cuerpo y las afinidades de las medicinas” Boenninghausen, firme a su razonamiento, continúa usando su mismo sistema de 4 grados a través de la manifestación de la acción de las medicinas, tanto durante la experimentación como durante su uso en la enfermedad (verificación clínica).

GRADO 1: indica el grado más bajo de acción.

GRADO 2: indica el siguiente grado de acción superior.

GRADO 3: indica el tercer grado, que está bastante y completamente verificado y confirmado por la experiencia; y por último

GRADO 4: este es el grado más alto y más distinguido.

Una quinta clase contiene remedios dudosos, que requieren ser comprobados más estrechamente y que se producen con muy poca frecuencia: Ellos están entre paréntesis, y su valor es cero (NO repertorizable)

Cómo usarlo

No hay una instrucción específica dentro de las diferentes fuentes que nos dirija a aplicar las concordancias. Sin embargo aquí y allá el maestro Hahnemann nos da recomendaciones en su Organon, por ejemplo: Nos dice que cuando el médico durante el tratamiento desee determinar cuál ha sido el efecto de la medicina y qué cambio se ha producido en el estado del paciente, al nuevo examen sólo debe agregar el repaso de la lista de síntomas anotados en oportunidad de la primera visita, tachando los síntomas que han sido mejorados, marcando los restantes y agregando los nuevos síntomas que pueden haber sobrevenido. En consecuencia, cualquier caso en el que hayan ocurrido cambios en el estado mórbido, el conjunto de síntomas actuales remanentes debe ser sometido a examen profundo y corresponde seleccionar otra medicina homeopática, tan apropiada como sea posible al nuevo estado que ahora está ante nosotros. Ahí es donde vale la pena preguntarle a Boenninghausen (mediante sus concordancias) cuál es el remedio relacionado que le sigue mejor a ese nuevo grupo de síntomas, según su experiencia, a través de adjuntar a la repertorización alguna de las concordancias generales o específicas según sea lo que necesitamos esclarecer.

En caso de que se esté usando la sección para el estudio de materia médica se usará el síntoma con sus componentes integrando las concordancias que correspondan a esa sección. Así podrá saberse qué otros remedios tienen ese síntoma en común y por lo tanto están relacionados en ese síntoma en particular como para tener la capacidad de extinguirlo una vez que se administra enseguida. También se podría consultar qué remedios son incompatibles.

Situaciones en las que se puede usar este Compendio de la Relación de los Remedios (Concordancias)

1. Los remedios relacionados son antídotos mutuos, y pueden ser especialmente mejor administrados para ese fin de acuerdo a la similitud de los síntomas y no de las medicinas.

2. La experiencia muestra que los remedios relacionados actúan mucho más de lo que un remedio no relacionado puede hacer, cuando se administra uno después de otro.

3. Las llamadas enfermedades unilaterales ofrecen una excelente oportunidad para la utilización de la relación de los remedios.

4. La ventaja de un conocimiento exacto en la relación de los remedios es aún mayor en las crónicas que en las enfermedades unilaterales.

5. [Cuando] dos remedios relacionados compiten tan cerradamente que una opción es difícil… [se obtienen] mejores resultados cuando se alternan continuamente con ambos a intervalos no muy largos.

6. Después de la administración de un remedio aparentemente indicado, [cuando] los síntomas se incrementan en una severa agravación sin mejoría posterior.

7. [Para obtener] una perspectiva más clara de la esfera más o menos amplia de acción de los medicamentos y de sus múltiples poderes curativos

Comentarios acerca del modo de prescribir de Boenninghausen:

Siendo el Barón un homeópata que en mayor medida prescribía a distancia por correspondencia (como análogamente lo hacemos algunos hoy en día por email, videocámara o vía telefónica) no es inusual que cuando empezábamos a revisar algunos de sus casos, nos desconcertara ver en sus prescripciones remedios en sucesión a potencias altas (200c). De hecho él menciona que en ciertas circunstancias (por ejemplo, las enfermedades unilaterales) el organismo se manifiesta pero con leve sensibilidad a la acción de los remedios y que los síntomas concomitantes son muy deseables, para lo cual se hace necesario administrar dosis más fuertes. Consecuentemente, Boenninghausen piensa que la manera en que se puede producir una perturbación externa es sólo mediante la acción de dosis más altas. Él busca en forma deliberada el despliegue de síntomas secundarios (medicinales) cuando usa ese nivel de potencia. Todos sabemos que incluso una medicina seleccionada en forma debidamente homeopática, pero en la que la potencia es demasiado alta, tiende a generar síntomas accesorios que modifican el conjunto de síntomas en el paciente y vuelven a ese remedio, antes homeopático, disímil para el caso ahora modificado. Boenninghausen, a través de un impresionante conocimiento de las peculiaridades, efectos y afinidades de las medicinas, parece predecir la sintomatología que se va a generar mediante el primer remedio administrado para lo que el paciente ya lleva prescrito el siguiente remedio dentro de un par de días después; a veces con la indicación de retornar al primer remedio días después de esa segunda prescripción, o incluso con la indicación de un tercer remedio cuando el paciente no podía hacer seguimiento presencial por la lejanía de su ubicación geográfica. No es de sorprendernos que alguno (o algunos) de los síntomas característicos se agrave volviéndose más severo y que para entonces se vuelva necesario preguntarle al Barón (a través de su séptima sección) qué remedio sigue bien a ese remedio según la sección a la que pertenezca ese síntoma. No por nada, él menciona que prefiere no esperar mucho cuando hay agravaciones sino usar un remedio relacionado lo más cercanamente posible al anterior, y que corresponda muy bien con los síntomas.  Con eso no sólo se obtiene un rápido alivio de la agravación, sino también una considerable mejoría de la condición mórbida original completa.

Una reafirmación de la importancia que también tiene la patología se ha dado en lo que se dijo unas líneas más arriba, y que por cierto nuestro querido y eminente Dr. Gary Weaver también nos había disertado, acerca de tener en consideración durante el registro médico la “forma de la enfermedad” (es decir la patología) además de la expresión individualizada (cómo afecta esa enfermedad a ese paciente en particular). En el párrafo anterior hablaba de cómo Boenninghausen podía prescribir el siguiente remedio dentro de un par de días después; a veces con la indicación de retornar al primer remedio días después. Este cambio en el curso del tratamiento también parece estar influenciado por la evolución natural de la patología, como es el caso de sus remedios en sucesión (triadas) para el Crup y la rabia. Lo puedo entender porque partiendo de mi experiencia todo cobra sentido. Por algún tiempo gané algo de reconocimiento regional por tratar con cierto éxito piernas que se tornaban negras, en su mayoría, a partir de insuficiencia vascular (más venosa que periférica). El origen de todo, haber tratado hace unos 20 años a una paciente diabética de algo que parecía una erisipela gangrenosa. Esta paciente de unos 48 años había llegado a mi consultorio después de haber estado hospitalizada por varios días. De acuerdo a lo referido por ella, había empezado un par de semanas antes con un enrojecimiento, calor e hinchazón de una pierna (desde el pie hasta debajo de la rodilla), con mucho dolor llegando a la exudación de un líquido amarillo transparente, y fiebre con transpiración que se presentaba en partes aisladas sobre todo cuando estas estaban cubiertas (tapadas, cobijadas). De repente la pierna se puso oscura y acudió rápidamente al hospital. Mientras estuvo ahí, la pierna se hizo cada vez más oscura hasta que prácticamente adquirió un color negro además de mucho ardor y un aspecto escaroso en la superficie. La paciente refirió que el equipo médico le planteó que posiblemente le amputarían la pierna. Acto seguido, alta voluntaria. Todavía siendo un principiante de la homeopatía tomé el caso y por varios meses*) (confieso que bajo mucho estrés) traté lo más homeopáticamente que pude a dicha paciente quien me dio permiso de filmar, con cámara 8 mm de aquellos tiempos, por unos segundos su pierna en cada revisión. Dos fueron los remedios principales Arsenicum Album y Belladona y a veces algunas otras tentaciones que me hicieron prescribir un par más que no recuerdo. Con el tiempo la pierna fue a su etapa “roja”, como cuando comenzó el padecimiento, y luego se aclaró quedando todo registrado en una copia de video VHS que posiblemente todavía conserve las imágenes por ahí. Pasada tal experiencia y ganando cada vez más aprendizaje de los grandes maestros, Hahnemann y Boenninghausen, me encuentro con que tales pacientes de “leve sensibilidad” que sólo muestran algunos pocos síntomas patognomónicos de la patología sin síntomas distintivos no son tan raros (quizá por el abuso de tantos tratamientos alopáticos) y que por consiguiente, de forma no tan infrecuente prescribo Belladona>>>Arsenicum album>>>Belladona en ese orden y a potencias altas (200c a la distancia) cuando se presenta la pierna roja (por lo general, en paciente diabético), que después se torna negra y luego nuevamente roja para sanar, pero ahora en periodos de tiempo más cortos y menos complicados. No voy a negar que a veces se me pierden los pacientes, y no los culpo, ver que tu pierna se oscurece debe impresionar mucho. Pueden consultar “erisipela” en el P&W TPB**) bajo la sección III de Sensaciones y Afecciones, sub-rúbrica Piel y Partes externas en donde aparece Belladona con grado 4, y también bajo el mismo apartado “erisipela, gangrenosa” con solo 12 remedios donde aparece Arsenicum album con grado 4, aunque también aparece Belladona con grado 3, a la vez que también van a encontrar en las Concordancias, Sensaciones y Afecciones, Piel y Partes Externas que Belladona y Arsenicum son remedios relacionados en ambas direcciones.

*) No me pregunten por qué algo que parece una enfermedad aguda, la erisipela, y que dura de unos pocos días a un par de semanas, podría durar tanto tiempo en un paciente. Lo que les puedo decir es que Hahnemann hace mención de una susceptibilidad modificada en los pacientes contagiados con Psora que hace que ciertas infecciones se perpetúen y compliquen ante el nuevo estado de inmunidad que presentan. En su libro de las Enfermedades Crónicas él habla de un tipo de erisipela maligna del pasado, e incluso recalca una predisposición a las erisipelas repetidas durante la Psora latente así como erisipela en diferentes partes del cuerpo (cara, senos, abdomen y pierna) durante la Psora reactivada. Podríamos mencionar además los problemas circulatorios que se presentan en ciertas enfermedades. En fin, todo un tema que debe tratarse aparte.

**) La mejor forma de considerar estas rúbricas de patología específica el repertorio TPB (1846) es como: “Toda patología que tiene síntomas parecidos a la patología especificada en la rúbrica

Imágenes usando el Polony & Weaver Therapeutic Pocket Book 1846 de Boenninghausen en Español

Todos los remedios de cada rúbrica en las concordancias están sincronizados en grado y número con los de las demás secciones. Por esta razón no se pueden (sin sistema y expertise) quitar ni agregar remedios, tampoco aumentar o disminuir grados, mucho menos cambiar todo el sistema de graduación y tampoco agregar o eliminar rúbricas a diestra y siniestra en las otras secciones que nos parecen “repetidas” o “imprácticas” por ser síntomas que afectan solo un lado (aparato o sistema) del cuerpo. El impacto negativo es sobre la funcionalidad del repertorio y el resultado final del análisis repertorial, independientemente de para qué se estén usando (estudiar materia médica o determinación del remedio en un caso). Un ejemplo:

Estudiemos el siguiente síntoma de Cantharis vesicatoria desde el Symptomen Codex de Jahr:

“Hematuria, con ardor en el cuello de la vejiga y en la uretra durante cada micción; después de la micción descarga de varias gotas de sangre con violentos dolores cortantes-ardorosos en esas partes y con tenesmo constante; con salida de la orina gota a gota y ardor y lancinaciones en la uretra que se extienden hasta la vejiga”. (Escritorio1)

En abstracto el síntoma tiene 4 componentes de la sección II del repertorio: La hematuria, la uretra, la vejiga y la micción por gotas, por lo que se pueden aprender sus puntos de contacto en cuanto a esas localizaciones a través de las “Concordancias, Localizaciones” (Partes del cuerpo); lo que nos orienta a estudiar Pulsatilla, Lycopodium, Nux vómica, Sulphur, Calcarea carbonica, Mercurius vivus y Belladona principalmente en la Materia Medica Pura*. (Escritorio 2)

*Lo cual ya estás haciendo una vez que las entradas del TPB son entradas directas a los provings de la MMP.

Luego tiene 3 componentes para la sección III, Sensaciones y Afecciones: Dolores cortantes, ardorosos y el tenesmo vesical en concordancia con “Concordancias, Generalidades” que nos dirige al estudio de Belladona, Nux vómica, Sulphur, Phosphorus, Pulsatilla y Sepia principalmente en la MMP. (Escritorio 3)

Y finalmente tiene 2 componentes para la sección VI: Agravación después de orinar, Agravación orinando para las “Concordancias, Modalidades” que nos refiere al estudio de Mercurius vivus, Hepar Sulphur, Pulsatilla, Lycopodium, Nux vómica, Sulphur, Belladona, Calcarea carbónica, Phosphorus, Bryonia y Rhus toxicodendron principalmente en la MMP. (Escritorio 4)

En la clínica las cosas son diferentes, porque todos sabemos que los síntomas no se presentan en forma íntegra, sino solo algunas partes del síntoma. El síntoma así como está arriba si acaso se puede encontrar en casos de cáncer prostático o de vejiga y aun así podrían faltar algunos de sus componentes. Lo cierto es que cuando encontramos una uretritis infecciosa por lo general se nos refiere “disuria total”, que si se me permite una sugerencia, sólo debe ser armado en el caso del sistema genitourinario, mediante la localización plus la modalidad: Uretra + Agravación orinando. Es la manera en que más y mejores remedios se acercan a la vista durante nuestro análisis. Encontrarán que conformado este síntoma así, el remedio relacionado será predominantemente Mercurius vivus. Por otro lado, cuando el paciente padece de una cistitis, por lo general refiere “ardor en la vejiga después de orinar” síntoma que encuentra su combinación en: Vejiga + Agravación después de orinar. Este simple cambio en la localización conlleva a que el remedio predominantemente relacionado sea Pulsatilla Pratensis pese a que la modalidad “Agravación después de orinar” sea también compartida por Mercurius vivus. Sin embargo, mientras más síntomas componentes diferenciales se ingresen al análisis encontraremos que más específico se vuelve el remedio relacionado que se necesita (sea por agravación, o sea porque se trata de una enfermedad unilateral que sólo da el síntoma principal del padecimiento actual sin síntomas concomitantes).

Pongamos el caso, no tan infrecuente, en el que se trata un paciente con cistitis que entre otros síntomas presenta ardor en la vejiga después de orinar con hematuria para lo cual ya se prescribió Cantharis. A los pocos días, durante el seguimiento, resulta que a ese paciente le han salido unas pequeñas vesiculitas en el mentón además de tener una sed intensa pero sin deseos de beber nada (síntomas accesorios del remedio) con intensificación del síntoma principal que permanece ahí. Encontraremos que el único remedio relacionado que puede seguir a Cantharis es, Belladona.

Es por esta razón tan esencial, que durante la búsqueda de las relaciones de un remedio no se deben pasar por alto las contraindicaciones y el principio fundamental de Similia que nos rige, lo que requiere de un buen conocimiento de Materia Medica.

Dr. Guillermo Zamora

Referencias:

1.- Ensayo sobre las relaciones de los medicamentos homeopáticos junto con una descripción abreviada de sus peculiaridades y efectos principales-La Relación de los Remedios. Dr. C. von Boenninghausen. Münster 1836

2.- Therapeutisches Taschenbuch für homöopathische Aerzte zum Gebrauche am Krankenbette und beim Studium der reinen Arzneimittellehre [Therapeutic Pocket Book para médicos homeópatas en el Lecho del Enfermo y para el Estudio de Materia Medica Pura], edición Alemana. Dr. C. von Boenninghausen. Münster, Coppenrath 1846

3.- Los lados del cuerpo y las afinidades de las medicinas. Ejercicios homeopáticos. Dr. C. von Boenninghausen. Münster, 1853.

4.- Organon de la Medicina, 5ª edición Samuel Hahnemann

5.- Organon de la Medicina, 6ª edición Samuel Hahnemann

6.- Enfermedades Crónicas, Samuel Hahnemann

7.- Escritos Menores de Boenninghausen

8.- Symptomen Codex de Jahr, G. H. G. (Gottlieb Heinrich Georg) Volumen 1.

9.- Archivos del Institute for Homoeopathic Medicine.

10.- Polony & Weaver SYNOPSIS program-Therapeutic Pocket Book de Boenninghausen 1846 en Español.


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